Lo que no sabias de este título conferido por la UNESCO

Álgido viajó hasta Úbeda, Patrimonio de la Humanidad

 

En el 2003, la Ciudad de Úbeda que está ubicada en la provincia de Jaén (Andalucía) fue declarada, junto a la ciudad vecina, Baeza, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Pero, ¿qué significa realmente, ser Patrimonio de la Humanidad?

Este reconocimiento, se le otorgó por los valores excepcionales de su patrimonio artístico renacentista, su condición de enclave humanista y su proyección cultural.

Dicho reconocimiento, no sólo trae ventajas y un gran auge a nivel económico, cultural y social, también ha generado una transformación radical, afirma Toni Olivares, la alcaldesa de Úbeda “Nos ha situado en un mercado tan complejo como el turismo”.

Existen estudios que han tratado de estimar el impacto económico real de la inserción de las ciudades o monumentos en el listado de Patrimonio de la Humanidad. En este trabajo, por ejemplo se  comparan dos monumentos canadienses, en donde si bien el crecimiento de turistas y los ingresos es positivo en ambos, sólo en el más grande,  los beneficios superan ampliamente a los costos.

Otro estudio encargado por el gobierno británico para los sitios Patrimonio de la Humanidad del Reino Unido llegaron a conclusiones parecidas. Pese a que los beneficios son más que tangibles, especialmente en visibilidad, posicionamiento y número de turistas, hay numerosos costos como: la promoción, los estudios técnicos, la gestión del monumento o la ciudad recién designados, costos de oportunidad (desarrollos urbanísticos posteriores) o, quizá, una masificación del turismo en la zona.

 

En 2003, cuando el nombramiento se dio, la candidatura defendía los valores patrimoniales de su conjunto arquitectónico del Renacimiento, época donde Úbeda alcanzó su mejor expresión, fundiendo las concepciones humanistas con la base islámica en el urbanismo y en la arquitectura, disciplinas lideradas por el arquitecto más importante de la época, Andrés de Vandelvira , y reflejadas en legados tan significativos como su Capilla del Salvador.

El director general de Bienes Culturales de la Junta en su momento, Julián Martínez, subrayó que uno de los valores que Úbeda aporta al Patrimonio Mundial es la exportación e influencia de sus talleres de piedra en el mundo latinoamericano.

Separadas por apenas nueve kilómetros, la excepción de estas dos localidades jiennenses reside en que las dos se desarrollaron y estructuraron en el transcurso de la historia con una dualidad complementaria en numerosos aspectos que les hace funcionar como una sola ciudad.

La candidatura de Úbeda y Baeza, promovida por la Junta de Andalucía y ambos ayuntamientos, era la única que en 2003 presentaba España, país que cuenta con el mayor número de inscripciones en la lista de Patrimonio de la Unesco.

Es importante comentar, que, en la reunión del Comité de la Unesco, Úbeda corrió serio peligro de no ser designada, por una férrea oposición de Líbano y Reino Unido, según comentaron fuentes de la delegación española. Por el contrario, Portugal y de todos los países latinoamericanos participantes en la sesión -con especial mención a la defensa “extraordinaria” de México; más la buena labor diplomática de la delegación española, lograron equilibrar las posiciones iniciales y el objetivo.

 

 

A partir de este momento, lxs visitantes, sobre todo europeos, empezaron a llegar cada vez más seguido a Úbeda y con ello llegó también el desarrollo cultural.

 

Pero es importante destacar que Úbeda, es la población más pequeña en cuanto a número de habitantes y una de las desventajas que ha traído consigo la distinción, es el gasto extra en el servicio público.

“El ser Patrimonio lleva una responsabilidad que recae sobre el ayuntamiento, no sobre el Parlamento Europeo ni otras administraciones. Vemos mermados los ingresos, la responsabilidad es mayor pero los ingresos menores”, contaba Toni Olivares a la revista La Vanguardia, en España.

 

Debería estar reconocido por otras administraciones, por el Estado o la Junta, para que podamos tener una financiación extraordinaria que nos ayude con este peso añadido”, reconoce Marín, quien añade: “Desde el punto de vista ciudadano intentamos solucionar esas dificultades con medidas extraordinarias para la gente que vive en este entorno”.

Todo esto recuerda, en cierto modo, a los Pueblos Mágicos de México, programa creado en 2001 y que este 2019 ha dejado de recibir apoyos económicos por parte del gobierno federal.

Quizás una cuestión para reflexionar es en qué ventajas y desventajas coinciden los Pueblos Mágicos con el nombramiento de Patrimonio de la Humanidad para asumir ambas distinciones con el mayor orden posible y afectar lo menos la calidad de vida de sus habitantes.

Por aquí les dejamos un recorrido por Úbeda y su vecina Baeza para que veáis aún más de su belleza renacentista.

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