Dinámicas inmobiliarias: cómo afectan a las comunidades artísticas

Una de las realidades del “Desarrollo en Oakland”

Oakland está de luto desde hace ya bastante tiempo.

El 2 de diciembre de 2016, aproximadamente a las 11:20 p.m., se produjo un incendio en un antiguo almacén, que se había convertido en un colectivo de artistas conocido como Ghost Ship, que incluía espacios para vivir  en el vecindario de Fruitvale en Oakland, California. En el momento del incendio, el almacén presentaba un concierto con artistas del sello discográfico de música house 100% Silk. El uso residencial y de entretenimiento estaban prohibidos bajo los permisos del almacén en el momento del incendio.

Un total de 36 personas murieron en el incendio, el más mortal en la historia de Oakland. También fue el incendio más letal en un edificio en los Estados Unidos desde el incendio del club nocturno The Station en 2003, el más mortal en California desde el terremoto de San Francisco de 1906 y el evento de víctimas masivas más mortal en Oakland desde el terremoto de Loma Prieta de 1989. 

Está claro que las cosas no marchan del todo bien en la Costa Oeste de los Estados Unidos. Al sentimiento de duelo que embarga a la población de Oakland desde entonces, habría que añadir la serie de redadas e inspecciones que el cuerpo de bomberos del Bay Area sigue realizando en los galpones y warehouses de Oakland y San Francisco, lo cual estaría bien si el fin fuera proteger a quienes viven ahí y no echarlos en beneficio de promotores inmobiliarios que han tratado de aprovechar esta tragedia.

En lugar de hacer estos espacios más seguros o dedicarse a promover programas de asistencia social que permitan a los jóvenes tener una vivienda digna, el gobierno local ha decidido favorecer a quienes fomentan la gentrificación y el desalojo con el objetivo de seguir construyendo lofts y condos. La paradoja es que mientras las autoridades proclaman cuidar de artistas y jóvenes, al mismo tiempo ayudan activamente a desplazarlos.

Álgido pasea, en esta ocasión, por algunas de los warehouses (almacenes convertidos en espacios culturales, artísticos y/o habitacionales) más emblemáticos y antiguos del Área de la Bahía y que, por desgracia, corren el riesgo de ser cerrados pronto si no cumplen las reglas de seguridad que los caseros y dueños de los espacios no se han preocupado por mantener al día. Una vez más, irónicamente, los artistas pagan por las irresponsabilidades de aquellos que recaudan su dinero.

5lowershop

Ha sido punto de reunión de artistas y músicos nacionales e internacionales desde 2004. 5lowershop también cuenta con uno de los skateparks más visitados y emblemáticos de San Francisco. Actualmente casi 20 artistas y activistas trabajan en los estudios artísticos que la conforman, personas que, definitivamente, aportan mucho al Bay Area con su arte y sus proyectos.

Los ejemplos más claros del tortuoso proceso de gentrificación que lleva tiempo azotando la ciudad pueden encontrarse en el Barrio de La Misión (The Mission) donde espacios como “In The Works” (warehouse donde se trabajaba por y con la comunidad) fueron cerrados en cuestión de meses dejando sin hogar a una docena de personas, y donde cuartos que costaban 400 dólares hace tres años, ahora se rentan por más de 1,200 dólares al mes. ¿Vivir solo? Ni de chiste. La renta de departamentos de una habitación llega a alcanzar los 4,000 dólares mensuales.

Flavor Packet

Se despidió en Febrero de 2017, tras siete años de actividad, dejando fuera a casi una decena de artistas que desarrollaban su trabajo en los estudios que los albergaban. Los motivos de este desalojo no están relacionados directamente con el fuego en Ghost Ship pero sí con el duro proceso de gentrificación que todo el Bay Area está sufriendo: el edificio ha sido vendido para la construcción de condominios.

The Purple House

Es una casa colectiva donde trabajan y desarrollan proyectos ocho personas.

 

Desde su fundación hace al menos 20 años, The Purple House ha sido considerado un espacio de reunión para artistas y activistas, y es uno de los más antiguos y conocidos de Oakland. Promueven y apoyan proyectos comunitarios, tienen actividades con la gente del barrio, y hospedan viajeros de todas partes del mundo.

 

El A.T.A. (Artists’ Television Access)

Es una organización sin fines de lucro fundada en San Francisco hace ya 35 años, que cultiva y promueve medios culturales underground y arte experimental en todas sus vertientes. El A.T.A. da acceso a los vecinos del barrio a su sala de proyección y promueve la utilización de sus muros como galería para la presentación de proyectos artísticos. El espacio está abierto a exposiciones, funciones escénicas, talleres y eventos. Está ubicada en La Misión, donde se considera uno de los pocos espacios que aún promueve arte underground.

El año siguiente al incendio, más de 2000 lugares fueron evacuados y el Bay Area quedó lejos de ser lo que era. Artistas locales, nacionales e internacionales fueron desplazados, y el arte y la cultura underground, parte importantísima en el florecimiento de la región durante la década de los 60 y que han hecho a San Francisco y alrededores diferenciarse del resto del país, están gravemente amenazados.

A causa de estos alquileres estratosféricos y la avasallante gentrificación, ciudades como Portland, Nueva York, Seattle, Austin, San Francisco y Oakland, son hoy lugares inaccesibles para los artistas más jóvenes (a pesar de haber destacado siempre por su arte y cultura). Y, en dado caso, de que algún valiente consiga tres trabajos y pueda costearse vivir allí, es siempre bajo la condición de compartir espacios reducidos con muchas personas lo cual conlleva a tener poca calidad de vida.

Dando la espalda a su historia, el Bay Area rechaza hoy, más que nunca, aquello que siempre la ha nutrido: sus espacios DIY, sus artistas, los weirdos, queers y punks que hasta hace poco vivieron ahí.

 

 

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