Bancos de semillas urbanos: La iniciativa que puede cambiar el mundo.

Hoy conoceremos a Limbo Semillas

La extinción de especies, debido a influencias naturales y artificiales es innegable y una seria amenaza para nuestro planeta. Una vez que se han ido, las hemos perdido para siempre.

Para las plantas, los bancos de semillas son una forma de combatir esta amenaza. De hecho, son una parte importante de un robusto sistema para la seguridad alimentaria. Estos bancos protegen y salvan la diversidad genética de las plantas, lo cual es importante por muchas razones. Estas semillas guardadas pero accesibles, contienen un tesoro de genes útiles que los criadores pueden utilizar para desarrollar variedades mejoradas de nuestros principales cultivos alimenticios.

Por ejemplo: se puede mejorar la resistencia a enfermedades e insectos vegetales actuales y emergentes, o mejorar los rendimientos y la nutrición para alimentar a una creciente población mundial. O proporcionar tolerancia a la sequía o a la inundación.

Las plantas menos conocidas, de patrimonio, indígenas, silvestres o específicamente regionales, son particularmente vulnerables a la extinción. Su pérdida, con el tiempo, también puede conducir a la erosión genética de nuestro sistema alimentario.

En otras palabras, perdemos la diversidad genética de una variedad de cultivos.

 

 

La adaptación al cambio climático o a nuevas plagas, puede ser difícil sin una buena diversidad genética. Los productores de cultivos necesitan una variedad de recursos genéticos para ayudar a nuestros cultivos a adaptarse a las condiciones cambiantes.

A medida que los cultivos modernos y las semillas GMO (genéticamente modificadas) ganan terreno y hasta reemplazan a estas plantas, se vuelve cada vez más importante asegurarse de que estas genéticas históricas se conserven en los bancos de semillas para su uso futuro.

 

Los bancos de semillas también permiten una recuperación más rápida ante un desastre ambiental o natural, lo cual, por desgracia, puede ocurrir de un día a otro (casi todos los días escuchamos sobre derrames de petróleo, incendios forestales, huracanes, terremotos e inundaciones) y que puede llevar a grandes pérdidas de vida vegetal de una manera vertiginosa.

Es por ello que Álgido se alegra muchísimo de encontrar a Limbo Semillas, un proyecto apoyado por el Fondo Nacional para las Culturas y las Artes, y lxs acompaña en el Día de La Semilla con motivo de la celebración del Día Internacional de la Tierra, en el Laboratorio de Tecnologías El Rule, en el Centro Histórico. Un día lleno de charlas, talleres, cine, intercambio de semillas e instalaciones.

 

 

Limbo Semillas es un banco de semillas urbano que lleva trabajando de manera activa desde 2014 en la Ciudad de México. Conservan semillas dentro de contenedores de barro, los cuales son instalados en espacios públicos e invitan a quienes están interesadxs, se lleven un semillero a casa para resguardarlo y reproducir las semillas. Así el banco de semillas queda repartido por la ciudad, volviéndose así menos vulnerable a las crisis actuales.

 

 

Limbo Semillas, es un proyecto de Canasta de Semillas A. C., organización sin fines de lucro que busca generar la conciencia sobre la importancia de la soberanía alimentaria a través de la divulgación de nuestra biodiversidad agrícola.

 

 

Su meta principal es que la conservación de semillas de polinización abierta (semillas que tienen toda la información genética necesaria para producir la planta original, que vienen de “padres” de la misma variedad y que producen semillas idénticas a los “padres”) se convierta en una acto cotidiano y fácil en nuestra vida diaria, acercándonos cada vez más a la soberanía alimentaria mexicana.

 

 

Como ellxs mismxs explican en su web, con el crecimiento exponencial de la población mexicana, las amenazas climáticas y los desbalances políticos-económicos, el desabasto alimentario es una crisis inminente en nuestra sociedad.

 

 

Los cambios climáticos que afectan a planeta, incluyendo a México (huracanes, inundaciones, sequías), son motivo de grandes pérdidas de tierras destinadas al cultivo y criar animales de granja a nivel global. Esta situación afecta a proveedores de verduras y frutas de todo el país, y, por supuesto, a la Ciudad de México. El desabasto alimentario es una escalofriante realidad.

En Limbo poseen 33 variedades de semillas y 15 especies, las cuales, los “guardianes” (son quienes se llevan semilleros a casa, conservando así la biodiversidad, apoyando a la Red Comunitaria de Guardianes de Semillas y dejando registro en uno de los módulos de la instalación) pueden llevarse a casa dentro de una caja triangular hecha con barro, que no sólo es un objeto decorativo que te encantará tener, sino que ayuda a almacenar las semillas de manera fresca y seca.

 

 

Hay diferentes unidades (cajas de barro) que puedes llevarte:

Milpa: Maíz (rojo, azul y blanco), calabaza (redonda, larga, enredadera, dulce y zucchini) y frijol (ejotero).

Italia: Jitomate (cereza, saladet y bola), albahaca (fina y grande) y cebolla (cambray, blanca y roja).

Asia: Caléndula, berenjena y menta.

México: Tomate verde, cilantro y rábano (champiñón, bola chica y largo).

Rusia: Zanahoria, chícharo y lechuga (great lakes, orejona, italiana, frisée, baby sucrin y roja)

Limbo se apoya, además de en los guardianes, en los jardines de semillas y en los consumidores (quienes solicitan lo derivado del cultivo). El primer prototipo de jardín público en la Ciudad de México se localizó en el Museo Tamayo en 2015 y se construyó en el marco del Design Week México.

 

Somos y venimos de semillas, y las semillas son fragmentos de historia, de presente y de futuro, que tenemos que cuidar.

No olvides seguir a Limbo Semillas en sus redes para poder saber más de sus futuros proyectos.

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