ECO CAMPINGS

En Álgido, esta semana queremos hablar de la importancia en nuestras ciudades, nuestro país y en el mundo, de buscar la manera de crear espacios conscientes y basados en una cultura sostenible.

Para ello nos hemos ido a una de las islas más afectadas por el turismo y su contaminación en México en los últimos años: Holbox, en Quintana Roo.

Cada hora, desde el pueblito de Chiquilá, parte un ferry a la isla de Holbox. A veces esos ferries van llenos con hasta 250 personas. Aunque de manera rápida, si calculamos el número de visitantes que llegan a las tierras de Holbox, podemos tener una idea de cuánto ésto puede afectar a la fauna y a la flora de esta pequeña isla que sólo tiene 1 kilómetro y medio de ancho y 44 de largo y cuyo nombre en maya significa “Agujero Negro”.

Haciendo “honor” a su nombre, la semana pasada presentaba calles llenas de aguas sucias consecuencia de desagües y tuberías en mal estado, obras en todas las calles principales y la presencia del ser humano -y su negocio-, en general.

 

Desde hace unos cinco años, la población de la isla crece hasta 18000 habitantes en temporada alta (los habitantes originales de la isla son 1500), y se ha incrementado de manera vertiginosa la infraestructura turística, la cual tiene un alto impacto a todos los niveles.

 

Por ello, durante nuestra visita a Holbox, valoramos mucho la presencia del eco camping Balam https://www.facebook.com/balamholbox, un amigable hostel sostenible que se encuentra situado en la parte más tranquila de la isla, cerca del famoso punto de oeste, Punta Coco.

 

 

 

Hablamos con Pablo Ceballos, uno de sus fundadores, quien originario de Argentina, llegó a Holbox soñando. Ahí conoció a Tudal, de origen francés, hace dos años. Tudal venía de viajar por muchos países enseñando a niños valores sobre la vida natural, plantas, comida orgánica, reciclaje y consciencia sostenible, entre otras cosas.

 

Ambos se encontraron en un lugar que les permitió conectarse con un mundo salvaje y, justo por eso, decidieron aunar fuerzas para cuidarlo y, con la intención de devolverle al lugar un poco de lo que les dio a ellos, decidieron crear un camping que ayudara a crear una conciencia ecológica y compartir esos saberes con los huéspedes y visitantes que llegaran al camping, además de con las parcelas colindantes y quienes vivieran cerca.

 

Más allá del no al uso de la electricidad y el sí al uso de paneles solares, se propusieron la no construcción (no cambiar ni afectar a la flora para así no hacer daño a la fauna) y todas las “obras” que se llevaron a cabo, fueron hechas con materiales de la tierra (madera de zapote, hojas de guano, y otros materiales naturales encontrados…).

Los baños no son secos, pero el uso de biodigestores ( plantas de tratamiento del agua) trabajan con un sistema del reciclaje: el agua de las duchas, los lavabos, el fregadero, y los inodoros, ingresa a un tanque que está formado por palos de bambú, maderas y piedras especiales, que forman un filtro natural, el cual permite renovar el agua para poder devolverla a la tierra de manera sana y sin contaminantes ni bacterias.

La idea de este eco camping es ir aprendiendo cada vez más de cómo mantener un espacio de manera sustentable y utilizando, cada vez menos, materiales que contaminen el ambiente, creando también un sistema que fomente el uso de bicicletas y donde se aprenda a reciclar la basura. También cuentan con un compost orgánico que permite poder abonar la tierra del huerto (también, orgánico) a partir de deshechos de comida de los mismos huéspedes.

 

El camping de Balam lleva abierto tan sólo un año pero ha firmado un contrato por seis más. La idea es seguir aprendiendo del lugar y de quienes vengan con más conocimientos, para poder continuar e incrementar el mejor desarrollo para éste rinconcito en Holbox. Poco a poco se han marcado un rumbo y un estilo de conocimiento de la isla, algo diferente al resto de hospedajes, teniendo más contacto con la isla en sí y la naturaleza de ésta para, en consecuencia, valorarla más.

 

 

Como proyectos de futuro, tienen en vista ampliar la zona de acampada al terreno de al lado, y mantener esta zona mucho más silvestre y con muchos más árboles. También implementar utensilios de cocina ecológicos, aumentar el número de placas solares y quizás añadir baños secos. También, en Balam, esperan poder ofrecer pronto talleres para aprender a reciclar todo lo que no se utilice, implementar tambores a bicicletas a tracción para lavar la ropa y tener ventiladores… etc.

 

El concepto ecológico de Balam, se enriquece con la idea de que lleguen a este camping personas conscientes con ideas que compartir, y valores que aprender.

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