Tlayacapan: El Lugar de los límites (La importancia de lo local)

Aprovechando el puente de este pasado 4 de febrero, Álgido se escapó a conocer un pueblo mágico; algo menos turístico que sus aldeas vecinas pero tan señorial y hermoso como éstas.

Hoy en día, como lo hiciera hace más de 500 años, Tlayacapan sigue abogando por lo local y destaca, sin lugar a dudas, por su identidad y patrimonio, además de su asombrosa historia y su rica cultura.

Las raíces etimológicas de Tlayacapan vienen del náhuatl TLAL-LI: “Tierra”, YAKA-TL: “Nariz, punta, término, lindero, frontera”, PAN: locativo, lo que significa: “Sobre la punta de la tierra”, “Lugar de los límites o Linderos”, “La nariz de la tierra” y “Nacido de lo alto de una montaña”.

Su paisaje inigualable de altas y espectaculares montañas esparcidas en esta cima que se encuentra en el tronco piramidal de la geografía mexicana, es acompañado de una maravillosa arquitectura como, por ejemplo: el exconvento de San Juan Bautista, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996.

 

Tlayacapan es muy conocido, también, por sus capillas. Tristemente, al menos 15 de las 27 capillas “de barrio” (llamadas así ya que representan simbólicamente a cada uno de los barrios del Municipio) fueron afectadas por el terremoto del 19 de septiembre de 2017, así como cientos de casas y el icono del municipio, el Ex Convento Agustino de San Juan Bautista. Los cuatro barrios: El Rosario, Santa Ana, La Exaltación y Santiago, tienen su capilla, de acuerdo con cronistas, ubicadas hacia los cuatro puntos cardinales, y a pesar de haber sido construidas durante el mismo periodo por religiosos agustinos y tener arquitectura diferente, presentan daños similares.

Junto al templo de San Juan Bautista construyeron el “tecpan” o palacio para los gobernantes, en donde hoy se encuentra el palacio municipal.

 

Existía enfrente, un espacio para el “tianquixtle” (tianguis) el cual se hacía bajo la sombra de un enorme pochote (un tipo de ceiba) mencionado ya hace más de cinco siglos en libros de literatura. Este colorido mercado de verduras, pescados ahumados, cosas de casa y ropa, aún existe los sábados, pero ahora ocupa toda la calle que llega hasta el mercado de abastos.

El hecho de que este mercado aún exista y que sus colores, olores y sabores sigan siendo prácticamente los mismos que en la época prehispánica, nos recuerda la importancia de conservar  estas formas de comercio ambulante que, si bien han cambiado de nombre, no han cambiado en esencia. Tianguis como los que encontramos en Tlayacapan, nos acercan a la forma en que los aztecas, olmecas y otras culturas precolombinas, exponían sus productos para intercambiarlos por otros, y no hay duda de que estos tianguis urbanos, ya entonces, llegaron para quedarse.

Es por eso que es necesario intensificar las relaciones horizontales entre ciudades y regiones. Es sin duda una gran idea, el fortalecer la importancia de lo local de cara a un futuro en el que los recursos naturales serán cada vez más escasos y donde las ciudades estarán cada vez más pobladas.

Sin duda alguna, Tlayacapan es un lugar remarcable y único. Al día de hoy, muchxs académicxs de la Ciudad de México se han retirado aquí y personajes tan destacados como José Aristeo Sarukhán Kermez  o Carlos Payán Velver han elegido Tlayacapan como su lugar de residencia. Este tipo de decisiones no son una coincidencia, y quienes eligen vivir en Tlayacapan lo hacen porque conocen su belleza y su riqueza patrimonial.

A día de hoy, en este siglo XXI de movimientos incontrolables e insostenibles hacia las ciudades por la mayor parte de la población, es importante plantearse la importancia de mantener la esencia de estos lugares que, definitivamente, ya eran “mágicos” antes de ser declarados así oficialmente, y proteger su patrimonio, su cultura, sus costumbres y su identidad.

Ya que en México no existen políticas públicas explícitas con tendencia a elevar la competitividad desde un punto de vista integral y a largo plazo, las entidades han enfrentado, a nivel regional y de manera autónoma, su competitividad, sobre todo de cara al turismo.

En el nuevo contexto de nuestra economía global, el desarrollo económico regional adopta nuevas modalidades y las políticas se orientan, básicamente, hacia la atracción de inversiones y de fortalecimiento a la competitividad de las empresas locales.

Este esfuerzo por fortalecer la importancia de lo local es una de las marcas principales de este pueblo mágico que, si bien es aún poco conocido, es amado por quienes ya lo visitaron y protegido por quienes decidieron vivir en él. Cien por cien recomendado, no tarden en conocer al Lugar de los Límites de Morelos, Tlayacapan.

 

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